Selección de críticas del musicólogo Gustavo Moral Álvarez

miércoles, julio 26, 2006

"Andanzas líricas"

Bajo un calor sofocante y aprovechando una visita a la capital, si me permiten contarles estas “andanzas”, tuve la oportunidad de conocer, la semana pasada, el nuevo teatro y el nuevo festival creado en San Lorenzo del Escorial. Desde comienzos de julio y hasta que finalice el mes se han programado una serie de espectáculos que han acudido a la danza, la música clásica, la zarzuela y la ópera para situar al recién nacido encuentro a la altura de otros festivales veraniegos.
Como reclamo la inauguración del nuevo teatro, funcional y moderno en sus posibilidades y con un diseño exterior que aprovecha la situación privilegiada de su entorno, con unas terrazas espectaculares para mirar el paisaje y los atardeceres madrileños.
La Orquesta y el Coro del Maggio Musicale Florentino se encargaron de inaugurar las actividades musicales en El Escorial con fragmentos de óperas de tema español y el Stabat Mater y el Te Deum de las Quattro Pezzi Sacri de Verdi. Luego vinieron los English Baroque Soloists con Eliot Gardiner, la Sinfónica de Galicia o Rinaldo Alessandrini. La ópera se estrenó en el nuevo teatro con el ineludible Mozart en el 250 de su nacimiento. Una ‘Flauta Mágica’ dirigida en lo musical por Collin Davis, en lo escénico por Daniele Abbado y con un reparto de primeras figuras de la lírica internacional. He de confesarles que al acudir a su estreno pensé que la producción iba a ser de esas espectaculares y que marcaría un hito, precisamente al ser la encargada de inaugurar un teatro y un festival en lo que a escena se refiere. Pero la producción de Abbado no abunda en grandilocuencia y sí en el color de cuento y la imaginativa, tal vez ya desfasada, escenografía de Emanuele Luzatti. Nada que objetar la Sinfónica de Londres, ni más ni menos, tal vez que su sonido queda demasiado velado en un foso, también recién estrenado, que oculta el sonido más de lo deseado y recomendable en propuestas líricas. Vocalmente, y sin entrar en pormenores, alabar las voces de Rachel Harnisch y Sylvia Koke, Pamina y la Reina de la Noche respectivamente, que formaron intervenciones magistrales, intensas y emocionantes.
Después, les sigo contando, me colé en la última representación de la Luisa Fernanda del Teatro Real. Y aquí todo lo que les quiero relatar entra en el terreno de lo anecdótico. En tres ocasiones la luz de teatro, y alrededores, dejó de funcionar. Las dos primeras coincidieron con momentos de pausa o primeros compases de la partitura, pero la tercera –y mas prolongada- sucedió justo en el instante en el que Ángel Ódena atacaba el más conocido aria de este título. Tras una docena de funciones y los correspondientes ensayos anteriores, la orquesta dirigida por Jesús López Cobos y el propio barítono conocían de memoria su trabajo por lo que fueron capaces de realizar sin problemas, a oscuras y a tientas, el aria de comienzo a fin. Los bravos y vítores de la concurrencia no se dejaron esperar y hasta el gerente del teatro salió a escena para pedir disculpas y solicitar la autorización del respetable para seguir adelante a pesar de las inconveniencias. Un talante realmente admirable y las ganas de escuchar toda la música se volcaron desde la audiencia que acompañó hasta el final del espectáculo. La luz no se apagó más veces, pero la anécdota durará en el recuerdo, se lo aseguro.

viernes, julio 14, 2006

“Encuentros”

Suma y sigue el Encuentro de Música y Academia de Santander sus propuestas de concierto. Fórmulas musicales que funcionan gracias a la indudable calidad de los integrantes, desde el escenario, y a los programa variados e interesantes. No cabe duda de que los músicos disfrutan y aprenden, unos de otros, en oportunidades como las de la pasada semana, de “hacer” piezas no habituales del repertorio de cámara. El público en la sala también lo agradece con su fidelidad, en los espacios santanderinos, y con el hallazgo en otros casos en las alternativas ofrecidas por los pueblo de toda la región.

La pasada semana participé en un experimento iniciado por el Ayuntamiento de Arnuero aprovechando las propuestas del Encuentro para su entorno. Se enfocó el primer concierto celebrado en la Iglesia de Castillo con una presentación, que me correspondió hacer, con una intención puramente didáctica y “a modo de notas al programas contadas de viva voz” ofreciendo pistas a los nuevos escuchantes de cómo disfrutar más con la clásica. Hoy, en la Iglesia de Isla, se continúa este breve ciclo que cerrará un concierto en Arnuero. Los resultados, de momento, son interesantes y la idea de animar a todo tipo de públicos a conocer “qué es lo que pasa” en un concierto de música de cámara un ideal como alternativa de ocio para el tiempo libro muy necesario con los tiempos que corren. Los jóvenes músicos tocaron ante la audiencia, no muy abundante en una noche de “semifinales del mundial”, como si su concierto se celebrara en el escenario más importante del mundo: con seriedad y eficacia.

Lo mismo les puedo decir de los conciertos celebrados en Santander. Tal vez el deseo y las ganas de dar todo lo que se pueda hicieron que algunos de los programas, por ejemplo el del pasado jueves en la Argenta, fueran largos y abundantes en contenido. Pero como dice la sabiduría popular, “sarna con gusto no pica...” ¿No les parece?

sábado, julio 08, 2006

“Re-nacimiento de una orquesta”

La experiencia se repite cada año, y no por eso deja de sorprendernos: un puñado de jóvenes estudiantes de música que se encuentran en Santander y así, de repente y como surgido de la nada nos encontramos con una orquesta sinfónica que ya la quisiéramos nosotros para todo el año. Una orquesta, les digo, que suena a las mil maravillas y que es capaz de ofrecernos programas complejos, completos y desarrollados con la maestría propia de las formaciones estables. Un renacimiento anual de esta orquesta que es esperado y aplaudido por todos, habiéndose convertido en el punto de arranque del verano cultural para nuestra ciudad.

Supongo que ya sepan que estamos hablando, un verano más, del Encuentro de Música y Academia que, con esta, suma ya seis ediciones del certamen en sus propuesta de conciertos y pedagogía por toda Cantabria. La actividad musical ya había comenzado a principios de semana, pero la inauguración oficial, la de la orquesta de los estudiantes, sucedió finalmente el pasado viernes en una sala Argenta no tan llena como otros años pero con un concierto de los más intenso que recuerdo de esta formación eventual.

La mezcla habilidosa de profesores y alumnos sucedió en esta ocasión con la presencia y participación en la primera parte de la noche del clarinetista Paul Meyer interpretando el concierto para este instrumento de Mozart. Peter Csaba, bien conocido por el público habitual de este certamen, Meyer y los jóvenes músicos lograron en esta obra una remanso de afinación impecable, gusto y evocación con auténticas “virguerías” musicales con pianísimos sublimes y un lirismo que únicamente podemos calificar de magnífico.

Para la segunda mitad del concierto quedó el Concierto, permítanme la redundancia, para orquesta de Béla Bartók, una obra difícil de escuchar –no en sí misma sino por las escasas oportunidades que hay para hacerlo en directo- y que fue realizada con la imaginación y energía necesarias para hacer que este fastuoso recorrido sonoro se produjera como si de una experiencia personal se tratara. No les engaño si les digo que el último movimiento de la obra, tal vez el más interesante, explotó ante nuestros oídos y demostró el arranque y la energía de todos sus intérpretes. Así se hace.