Selección de críticas del musicólogo Gustavo Moral Álvarez

sábado, julio 08, 2006

“Re-nacimiento de una orquesta”

La experiencia se repite cada año, y no por eso deja de sorprendernos: un puñado de jóvenes estudiantes de música que se encuentran en Santander y así, de repente y como surgido de la nada nos encontramos con una orquesta sinfónica que ya la quisiéramos nosotros para todo el año. Una orquesta, les digo, que suena a las mil maravillas y que es capaz de ofrecernos programas complejos, completos y desarrollados con la maestría propia de las formaciones estables. Un renacimiento anual de esta orquesta que es esperado y aplaudido por todos, habiéndose convertido en el punto de arranque del verano cultural para nuestra ciudad.

Supongo que ya sepan que estamos hablando, un verano más, del Encuentro de Música y Academia que, con esta, suma ya seis ediciones del certamen en sus propuesta de conciertos y pedagogía por toda Cantabria. La actividad musical ya había comenzado a principios de semana, pero la inauguración oficial, la de la orquesta de los estudiantes, sucedió finalmente el pasado viernes en una sala Argenta no tan llena como otros años pero con un concierto de los más intenso que recuerdo de esta formación eventual.

La mezcla habilidosa de profesores y alumnos sucedió en esta ocasión con la presencia y participación en la primera parte de la noche del clarinetista Paul Meyer interpretando el concierto para este instrumento de Mozart. Peter Csaba, bien conocido por el público habitual de este certamen, Meyer y los jóvenes músicos lograron en esta obra una remanso de afinación impecable, gusto y evocación con auténticas “virguerías” musicales con pianísimos sublimes y un lirismo que únicamente podemos calificar de magnífico.

Para la segunda mitad del concierto quedó el Concierto, permítanme la redundancia, para orquesta de Béla Bartók, una obra difícil de escuchar –no en sí misma sino por las escasas oportunidades que hay para hacerlo en directo- y que fue realizada con la imaginación y energía necesarias para hacer que este fastuoso recorrido sonoro se produjera como si de una experiencia personal se tratara. No les engaño si les digo que el último movimiento de la obra, tal vez el más interesante, explotó ante nuestros oídos y demostró el arranque y la energía de todos sus intérpretes. Así se hace.