“Sonido contundente”
El ciclo de Jóvenes Intérpretes que, regularmente, nos ofrece la Fundación Marcelino Botín, trajo el pasado martes al escenario de Pedrueca a la violinista cántabra Irene Benito, acompañada por Amaia Zipitria al piano.
El programa confeccionado por ambas intérpretes se nos planteó lleno de exigencias musicales y técnicas, permitiendo conocer la musicalidad y el punto de desarrollo de esta intérprete a la que he tenido la suerte de encontrar en los últimos años en diversos acontecimientos musicales. Su progresión es evidente en este tiempo, a pesar de que siempre ha demostrado un instinto musical de primer orden su técnica y el timbre que ha encontrado para su instrumento han cambiado y crecido. Tal vez para quien les escribe la sonoridad ofrecida con la pieza de Beethoven que abrió el concierto fue demasiado estridente y nasal, mucho más adecuada para los requiebros cíngaros de Ysaÿe o para la Habanera de Sanint-Saëns. Pero, como dice la tradición popular, “para gustos están los colores” y la paleta que despliega Irene Benito está plagada de matices y sonidos bien elaborados y contundentes.
Les decía que si bien Beethoven necesitó, a mi entender, de lirismo, con Grieg se desató el dramatismo preciso para dotar de sentido una obra profunda y madura. Así las cosas Irene Benito prosigue el camino creciente de formación, estudios y conciertos que van labrando el camino que ha de conducirla a poder desarrollar todas sus capacidades en el mundo de la música.
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