Hantaï “enchufado” (Alerta 20-I-06)

El clavecinista Pierre Hantaï fue el responsable, el pasado lunes, de poner en marcha el ciclo de Conciertos Educativos que la Fundación Marcelino Botín dedica, este curso, a las relaciones existentes entre música y pintura. Más allá de la anécdota temática que aglutinará los encuentros musicales que nos acompañarán en la primera mitad de este 2006, las sonatas para tecla de Scarlatti fueron la piedra angular del concierto que nos ocupa, además de las artes interpretativas de Hantaï y de su inteligencia en la confección del programa.

Y es justo resaltar este último punto, pues el intérprete articuló su propuesta mediante un “collage” conformado por un buen número de las sonatas del citado compositor, pero atendiendo a relaciones temática, tonales y contrastes dinámicos para lucir, desde una perspectiva casi sinfónica –en lo formal- las obras del genial compositor italiano. En sus manos tuvo Hantaï el riesgo que corre en cada una de sus ejecuciones, atrevidas para lograr expresividad de un instrumento, el clavecín, del que no siempre escuchamos presencia y fuerza. Un amigo bromeaba hace tiempo sobre el “enchufe” del instrumentos que sus intérpretes olvidan conectar. En este caso Pierra Hantaï “enchufó” y subió el volumen de su instrumento –entiendan estos desatinos como un simple juego de palabras y no lo tomen al pie de la letra- y lo lució desde el virtuosismo más complejo hasta la pureza temática más clara y diáfana.
Redescubrimos así a Scarlatti y encontramos en sus obras genialidad en sus melodías, presencias populares muy españolas en los ritmos y, sobre todo, un universo creativo que no siempre aparece interpretado con la garra y las facultades sonoras en las que lo recibimos de manos de Hantaï, indudablemente, uno de los mejores intérpretes de su tiempo en su especialidad.