“Jóvenes y valores”
El ciclo de Jóvenes Intérpretes de la Fundación Marcelino Botín nos ofreció en la noche del lunes un concierto protagonizado por el grupo ‘Fermata de Paradores’, una agrupación joven en edad pero realmente interesante en lo que a resultados musicales se refiere.
El programa que ofertaron no tenía, sin lugar a dudas, demasiado espacio para las concesiones. Dificultad y exigencias en tres obras rotundas pero, y eso demuestra un concepto interesante tanto en la educación como en las expectativas del grupo, escritas por sus respectivos autores al comienzo de su catálogo, cuando también ellos eran jóvenes.
Todos los elementos musicales encontrados en este concierto aparecieron expuestos, uno por uno, con acierto y mucho gusto. Les hablamos de la inmensa preparación técnica de cada uno de los integrantes del trío en su disciplina. Igualmente el sonido conseguido fue tajante, hermoso y con encuentros realmente sublimes. La coordinación, el empaste, la dirección de la música, el dialogo... como quieran ustedes llamar la habilidad para estar en acuerdo a la hora de hacer música, fue la precisa para lograr el éxito, rotundo, conseguido.
El camino emprendido por estos músicos es largo. Afortunadamente sus interpretaciones tuvieron de todo pero pueden llegar a crecer en la profundidad que únicamente la madurez y experiencia les puede dar. Y les digo ‘afortunadamente’ porque al escuchar una interpretación musical, el que les escribe, disfruta también con los matices que el paso del tiempo permiten a los músicos emplear la técnica para comunicar desde su corazón. Estos chicos ya nos han dicho mucho, pero lo interesante será ir viendo qué más nos cuentan a lo largo de su trayectoria.
El público, que a pesar de que siempre aplaude una interpretación cuando se encuentra con algo de esta categoría lo hace con más intensidad, ovacionó a los intérpretes y les hizo salir a escena una y otra vez. No fue un acto de cortesía sino de merecida justicia.
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