“¡Pasen y vean!”
La programación 2007 del Palacio de Festivales de Cantabria se ha puesto en marcha con la presencia en el escenario de la Sala Argenta del que ha sido el musical que más éxito ha conseguido jamás en nuestro país: ‘Cabaret’. Desde el pasado jueves hasta el próximo domingo siete serán las representaciones de esta propuesta en el escenario de la Sala Argenta, a buen seguro con el cartel de “lleno” en su puerta.
Hace unos años tuve la oportunidad de asistir, en el Nuevo Teatro Alcalá de Madrid, a una función de esta obra. Allí las confortables butacas se habían trasformado en unas no tan cómodas sillas con mesita que hacía que no se supiera donde empezaba y donde terminaba el “Kit Kat Club”. Los personajes protagonistas de esta obra también eran distintos a los que ahora se encargan de esta gira. Pero en esencia el espectáculo era el mismo: uno de los grandes.
He de reconocer que en el cambio de los actores principales eché de menos la arrolladora presencia escénica de Asier Etxeandia en el papel de Emcee, no porque Victor Masán no estuviera convincente en este rol, sino porque el primero logró encarnar una personaje antológico y pleno en todos los sentidos. Donde sí que salimos ganando en el cambio fue con la comodidad de las butacas y con la llegada de Marta Ribera y Jesús Cabrero a los papeles de Sally Bowles y Cliff: mejora en lo dramático en el que sustituye a Manuel Bandera y en lo musical con la sucesora de Natalia Millán.
El concepto de la obra dulcifica y simplifica la película de Bob Fosse que universalizó este espectáculo nacido en Broadway a finales de los años 50. Un título que casi se ha convertido en sinónimo de musical y que mantiene al público pegado a su butaca durante casi tres horas de espectáculo. Actuar, bailar, tocar o interpretar se mezclan sobre el escenario con un ritmo trepidante, aunque en algunas de las escenas “teatrales a palo seco” recordáramos cierto aire zarzuelero. Un musical a nuestro estilo.
Pero los número con música encontramos lo mejor de este Cabaret, en lo que concierne a las coreografías, la fiabilidad vocal de todos (o casi todos) sus intérpretes y al resultado visual de la propuesta, donde empieza y termina el espectáculo. La banda de música en directo es “divina”, como dice la traducción al castellano de esta obra, y es justo reconocer el gran trabajo musical y de sonorización que tuvimos en la sala Argenta el pasado jueves. Una producción histórica por su larga estancia madrileña y por la espectacular gira que les hará visitar casi 30 ciudades por toda España.
El último número del show impresiona y se deja sentir a nivel emocional. Poco a poco, a medida que la trama va tiñendo de tragedia a los personajes en el presentimiento de la llegada del nazismo, el Cabaret se desnuda de color y se presenta devastador y desolado. Con los últimos segundos una chica que tenía sentada a mi derecha se llevó las manos a la cara y comenzó a llorar. A mí no me pasó lo mismo en Santander... porque ya me había sucedido en Madrid.
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