Selección de críticas del musicólogo Gustavo Moral Álvarez

sábado, noviembre 01, 2003

“Una pluma compleja”

El ciclo de Teatro Contemporáneo de Caja Cantabria devolvió a la escena de Santander a la compañía ecuatoriana ‘Malayerba’ que dirige Arístides Vargas. Tras su presencia hace unos años para ofrecernos su obra ‘Nuestra señora de las nubes’, regresaron con el montaje de ‘Pluma’, un cuento tradicional actualizado con un lenguaje estético de vanguardia o una vanguardia que busca expresar sus formas sobre el asunto de un cuento popular.

La escena se plaga de seres parcialmente deformados por un cristal que exagera sus rasgos en un constante empleo de artificios corporales que defienden una forma de hacer teatro bien delimitada. Así Arístides Vargas coreografía movimientos en una yuxtaposición de escenas que, en ocasiones, confunden con un tono que viene y va del grito trágico a la poética visual o la comedia más mundana.

La obra resulta irregular para un espectador no acostumbrado a ciertos recursos y que, en ocasiones, deja de entender lo que sucede “ahí arriba” o pierde parte del detalle al no conocer bien la base popular que sostiene la propuesta. ‘Pluma’ nos habla de la marginación y la pobreza, pero lo hace en un tono en constante evolución y en no pocas veces distanciado. Parece como si la intención de esta obra fuese la de mostrar –o tal vez demostrar- muchas categorías de escena y todo tipo de lenguajes amalgamados y encerrados unos dentro de otros.

El elenco funciona también con irregular resultado, encontrando magistrales interpretaciones en caracterizaciones intensas –caso de los dos personajes que encarnan a ‘Pluma’, él y ella, o de la ‘anciana que pasea un gato’, con una entrañable y mimética encarnación-, junto a otros más confusos y/o extravagantes. De todos ellos se exige una entrega que va más allá de lo habitual, enfrentándose a un teatro físico, de desgaste.

La belleza de la escena encuentra soluciones muy interesantes y la profundidad del texto es muchas veces sobrecogedora. Su contenido desborda su continente en un conjunto complejo y repleto de símbolos e intenciones de trasmitir muchas ideas. Tal vez demasiadas.

Aún con todo, es un verdadero placer poder encontrarnos con propuestas que nos hablan del uso del teatro desde una perspectiva que va más allá del mero espectáculo. Teatro con intereses sociales y con ganas de trascender hacia el público. Desde nuestra postura cada vez más cómoda despertamos –un poco- con la frescura de compañías como Malayerba. Tal vez muchos recuerden cuando, por aquí, el teatro también gritaba bien alto lo que pasaba a ras de suelo.