"The 'Sweet' Singers"
Multitadinara acogida de la agrupación vocal 'The Swingle Singers' dentro de las actividades programadas para este verano por el Festival Internacional de Santander. Sobre el escenario ocho voces bien timbradas y una imaginativa forma de reorganizar los sonidos concebidos para ser interpretados por instrumentos y que, finalmente, cobran vida en las gargantas de estos cantantes.
En el programa variedad de estilos y un resultado divertido, ameno y muy dulce. Tal vez algún momento les recordara a aquellas melodías omnipresentes en las bandas sonoras de ciertas películas españolas de los primeros años setenta -sadabada bada ba-, y es que en el resultado musical de los 'swingle' vive una historia que comenzó hace ya cuarenta años. Desde entonces hasta ahora siguie funcionando la curiosidad por conocer cómo suena Bach cuando en lugar de ser interpretado al órgano se realiza únicamente con la voz. Y suena bien, sin entrar en purismos ni otras categorías vecinas. De hecho el nacimiento de esta formación se produce en una época en la que Bach es recuperado -tal vez descubierto- por músicos de jazz como el pianista Jacques Loussier, que visitó el F.I.S. hace unos años, o The Modern Jazz Quartet. Se produjo un encuentro entre las músicas populares y la culta que llegó a calar hasta en The Beatles y que, en definitiva, es el argumento que nos explica mucho de la inmortalidad del la obra del músico alemán: contiene estructuras sonoras, armónicas y melódicas que en sí son eternas.
Pero regresando al concierto que nos ocupa, apuntar que el repertorio de la formación nacida en francia ha ido creciendo para prestar, en los últimos tiempos, una especial atención a composiciones procedentes del musical americano o el jazz. También han incorporado a sus espectáculos sonidos brasileños y, como sorpresa final en forma de 'bis', otras músicas más rítmicas y comerciales.
La puesta en escea tabién es imaginativa, sin excesos y con un gesto contenido pero dotado de un sentido del humor muy agradable. Incluso, mirando su actuación desde un punto de vista pedagógico, en algunos de los temas escuchados -y vistos- la colocación de los intépretes sobre el escenario era, simplemente, un delicioso análisis estructural de cada una de las piezas. Musicalmente el conjunto es una suma de excelentes solistas, cosa que demostraron sobradamente en intervenciones individuales de cada uno de ellos arropados por los acordes vocales del resto.
Decir, por último, que el concierto tuvo un doble financiación, pues además de la participación de la Cámara de Comercio también debió estar patrocinado por los propios integrantes de este grupo pues, a cada poco, se encargaron de insertar sus pequeñas cuñas publicitarias para convencer al auditorio de que, al salir del concierto, no olvidaran comprar alguno de sus discos. ¿Saben? Me recordaba a la parodia que Les Luthier hacían del telepredicador Warren Sánchez: "por suerte tenemos el libro “Warren tiene todas las respuestas” que ustedes pueden adquirir en el puesto instalado en el hall del teatro".
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