Selección de críticas del musicólogo Gustavo Moral Álvarez

miércoles, agosto 09, 2006

“Tanto monta, monta tanto”

Michel Camilo y Tomatito, que “tanto monta, monta tanto”, llenaron la Sala Argenta del Palacio de Festivales dentro de la 55 edición del Festival Internacional de Santander el pasado lunes. Un concierto en el que los dos músicos ofrecieron justamente lo que se esperaba de ellos: lo temas de su nuevo disco ‘Spain Again’ y algunos del predecesor ‘Spain’, germen y origen de este particular dúo.

No cabe duda de que el flamenco, como forma de hacer música, ha generado en las últimas décadas un sinfín de fusiones, confusiones y mezclas del más variado estilo que han llevado el género desde su esencia más tradicional al pop más fresco, la música de hindú, al rock, al heavy, al rap y, como no, por el camino del jazz en una mixtura que funciona a las mil maravillas desde hace tiempo. Pedro Iturralde fue pionero en esta búsqueda y muchos han sido lo que le siguieron: Jorge Pardo, Carles Benavent, Chano Domínguez... Michel Camilo y Tomatito encontraron sus pasos hace más de un lustro y es ahora cuando nos ofrece su segundo trabajo discográfico en unión y armonía. Un disco en el que el tango se une a la familia rítmica experimentada tiempo atrás ampliando el espectro y diluyendo el flamenco como origen. Todo es posible, o todo vale si los intérpretes tiene el saber musical de estos dos que ahora nos ocupa.

‘Spain’ o ‘La Fiesta’ de Chick Coréa, temas de Piazzolla como el célebre ‘Libertango’ –que desafortunadamente sonó algo confuso- y otras de creación propia integraron un programa que tuvo momentos muy intensos y virtuosísticamente increíbles. ¿Recuerdan el famoso concierto ‘An Evening with Herbie Hancock and Chick Corea’ en el que ambos pianistas tocaban, frente a frente, muchos temas de raíz flamenca? Pues si sustituyen a uno de ellos por la guitarra de Tomatito tendrán aquello con un sabor algo más auténtico. Eso es lo que vimos, y recordamos, en algunos momentos de la velada.

Michel Camilo es un pianista virtuoso y con un toque potente, mucha presencia frente al teclado y brillantez en los desarrollos bien definidos de sus intervenciones. Por su parte Tomatito, el de Camarón, desgarra el sonido de su instrumento para situarse a la altura de su compañero y cabalgara en trepidantes propuestas. Cuando llega la calma el sonido es más íntimo pero igualmente visceral. En ambos casos la sonorización de la sala, difícil para un conjunto tan desproporcionado en volumen como éste, potenció los volúmenes para dar “aire de directo” –de los de festival de jazz en gran superficie- al encuentro. A veces funcionó bien este sonido, otras no tanto.
El concierto duró poco. La costumbre de recortar la duración de la propuestas para completarla después a base de bises es una política cada vez más habitual en los escenarios. Así, lo que no fueron propinas, ocupó algo más de una hora y con las vueltas al escenario llegamos a la hora y treinta. El público aplaudió a los músicos y jugó al juego de hacerlos salir una y otra vez. Parte del espectáculo.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Hola Gustavo:
Acabo de entrar por primera vez en tu blog y quiero aprovechar para para darte mi visión de este concierto, aunque queda un poco lejos en el tiempo.

Estoy de acuerdo contigo en que la sonorización, si bien necesaria, no estuvo a la altura requerida sobre todo al principio en el que la guitarra llegaba al espectador con un sonido casi distorsionado, luego mejoro. A pesar de que el concierto en su conjunto fue apreciable, en mi opinión fue claro el desequilibrio entre los dos interpretes en las partes solísticas, ya que el "tomate" cada vez que los temas ganaban en complejidad y se alejaban de la raíz flamenca naufragaba claramente. Cierto es que también a Paco de Lucia le ocurre lo mismo cuando comparte escenario con Corea, por ejemplo, y lleva muchos mas años implicándose en experiencias de fusion con el jazz. Esta claro que estas propuestas musicales dan mejor resultado en el estudio de grabación que en directo.
En fin, que son dos grandes músicos pero Tomatito cuanto menos se salga de su terreno mejor, al menos por ahora. Por ello me quedo con Camilo para el que después de lo visto y oído no hay fronteras imposibles (jazz, clásico, flamenco, latino....)
Salud

11:56 a. m.

 
Anonymous Anónimo said...

Hola Gustavo:
Acabo de entrar por primera vez en tu blog y quiero aprovechar para para darte mi visión de este concierto, aunque queda un poco lejos en el tiempo.

Estoy de acuerdo contigo en que la sonorización, si bien necesaria, no estuvo a la altura requerida sobre todo al principio en el que la guitarra llegaba al espectador con un sonido casi distorsionado, luego mejoro. A pesar de que el concierto en su conjunto fue apreciable, en mi opinión fue claro el desequilibrio entre los dos interpretes en las partes solísticas, ya que el "tomate" cada vez que los temas ganaban en complejidad y se alejaban de la raíz flamenca naufragaba claramente. Cierto es que también a Paco de Lucia le ocurre lo mismo cuando comparte escenario con Corea, por ejemplo, y lleva muchos mas años implicándose en experiencias de fusion con el jazz. Esta claro que estas propuestas musicales dan mejor resultado en el estudio de grabación que en directo.
En fin, que son dos grandes músicos pero Tomatito cuanto menos se salga de su terreno mejor, al menos por ahora. Por ello me quedo con Camilo para el que después de lo visto y oído no hay fronteras imposibles (jazz, clásico, flamenco, latino....)
Salud

11:56 a. m.

 

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