Selección de críticas del musicólogo Gustavo Moral Álvarez

martes, agosto 08, 2006

“Andante... ma non troppo”




El Festival Internacional de Santander salió a las calles de la ciudad con el estreno mundial del último espectáculo de ‘Comediants’. Una aventura escénica que recorre el centro urbano en homenaje a W.A. Mozart, doscientos cincuenta años después de su nacimiento.

La propuesta, en formato de cabalgata con el mismo itinerario de la que por Navidades nos trae a los Reyes Magos, estaba compuesta por siete escenas atendiendo a otros tantos aspectos de la biografía del de Salzburgo. Desde el genio “explotado y amortizado” por su padre Don Leopoldo hasta su final centrado en la composición, pugilística dentro de un ring de boxeo, del Réquiem último. La ópera, el ambiente vienés, el amor y un ligero toque que bien nos podía recordar a la cinta de Milos Forman ‘Amadeus’ organizaron el pasacalles que congregó a un buen número de público en post de los actores hasta la escena final ofrecida en la Plaza del Ayuntamiento con una glosa en la voz de la Reina de la Noche de la ‘Flauta Mágica’ acerca de las virtudes del músico. Allí una impresionante mano resumió la esencia de la música universal de Wolfgang y repartió entre los asistentes octavillas con fragmentos de su música sinfónica.

El espectáculo gustó, y mucho, a los más pequeños que acudieron al evento. Y se lo digo tras haber realizado el recorrido completo con María, de tres años, subida sobre mis hombros. Aplaudían, llamaban a Mozart, se asustaban –un poco- con los “muertecillos felices” y palmeaban, a ritmo, las melodías más conocidas de Mozart. El color y el ingenio de los detalles a los que nos tienen acostumbrados la compañía catalana no faltó en este “Andante”... ma non troppo.

Desde otra perspectiva, debajo de mis hombros, ‘Mozart Andante’ pecó de cierta dosis de inocencia y simplicidad. Hubiera sido interesante contar con algunos de los pasos de la procesión con música en directo, con Mozart vivo en las manos de sus intérpretes igual que en otras ocasiones, también de Comedians, hemos visto el directo de los sonidos; más en este caso. Los carruajes iban engalanados sin excesos, con detalle como los carteles de las ciudades visitadas por el maestro o las fotocopias a color de sus partituras que desentonaban en su preparación con otras estructuras más elaboradas y originales.

Así con todo la ciudad salió a la calle y Mozart fue su guía. De unos para descubrirlo y de otros para buscarlo. Son las cosas de un estreno que, a buen seguro, evolucionará y cambiará en posteriores escenificaciones.