Selección de críticas del musicólogo Gustavo Moral Álvarez

lunes, agosto 09, 2004

“¿Lo bueno si breve...?”

Angela Gheorghiu ofreció, el pasado domingo, un concierto dentro de la programación de la Sala Argenta del Festival Internacional de Santander. Un recital de ‘gala’ en el que pudimos disfrutar con la exquisita voz de una de las intérpretes más veneradas y apreciadas dentro de la nueva generación de “divas” operísticas.

El programa estuvo configurado como propone la tradición de este tipo de eventos: oberturas operísticas alternadas con arias a solo con las que se nos fue ofreciendo lo mejor del registro de la cantante rumana. Obras desde el ‘bel canto’ al ‘verismo’ con las que sacar el máximo partido y arrancar bravos y aplausos a un público entregado desde un principio.

De esta forma pudimos encontrarnos, cara a cara, con la cantante que ha sorprendido y creado admiradores por doquier dentro del mundo de la lírica. Y no es para menos, pues su voz, a pesar de no ser grande en exceso, posee las cualidades necesarias para emocionar y llegar a lo más hondo. Una voz de esas personales que siempre nos recuerdan a las más grandes. Mucho empaque, perfecta afinación, profundidad y variedad de registro, dramatismo y sentido, gesto escénico que acompaña al canto.... ¿Qué más podemos pedir? Tal vez que el concierto hubiera durado algo más, pues si nos supo a poco por lo bien que lo pasamos también tuvimos esta sensación por lo corto que realmente fue. ¿Lo bueno si breve dos veces bueno?

La orquesta, la del Helikon Opera Theatre, cumplió con su función de arropar a la “diva”, en algunos momentos con demasiada vehemencia. La dirección musical de Vladimir Ponkin nuevamente detallista y demostrándonos, como sucedió en el ‘Caso Makropoulos’, que es un gran director.

De postre tres bises, sin lugar a dudas lo peor de la noche. Los dos primeros en los parámetros pop de la canción ligera y el último de ellos, el granada de Agustín Lara, un desafortunado tributo al canto que agradó a la concurrencia por su osadía pero que a quien les escribe dejó un mal sabor de boca. Y es que hay otras melodías que nos hubiera entusiasmado escuchar en la voz de la Gheorghiu, ahora que teníamos esa oportunidad, en lugar de un remedo improvisado de música española. ¡Con lo bien que íbamos!