“La extraña pareja”
La fundación Marcelio Botín nos ofreció, el pasado lunes, un nuevo concierto dentro del ciclo anual dedicado a los jóvenes valores. En esta ocasión con la presencia del violinista Daniel Álvarez y el violoncelista Alberto Gorrochategui, una singular agrupación de cámara pocas veces vista en los escenario de nuestra región y, muy probablemente, tampoco en otros lugares.
El aforo de la sala de Pedrueca se llenó de un público entregado y que vio gratificada su apuesta por estos nuevos talentos con un concierto realmente fascinante y lleno de fuerza. Un programa denso sobre el papel y repleto de trampas y dificultades para los músicos. Podría parecer, si únicamente hacemos caso a las piezas programadas, que se trataba de un concierto de dos veteranos de la música. Pero muy por el contrario los responsables de esta apuesta son dos jóvenes cántabros que saben hablar con sus instrumentos con un nivel de comprensión realmente maduro y profundo. Con Honneger nos dejaron delicadeza y exquisitez, en Kodaly dramatismo y mucha fuerza, la de dentro y la de fuera.
Obtuvimos, por lo tanto, doble premio al visitar este concierto. Por un lado el acercarnos y conocer obras fascinantes y monumentales, del otro el estar seguiros y poder atestiguar que el futuro de la música en Cantabria está asegurado ya para muchos años gracias a las sorpresas que, indudablemente, nos ofrecerán tanto Gorrochategui como Álvarez. Hace unas semanas recibíamos a Jaime Martín en el Palacio de Festivales como uno de los músicos santanderinos más importantes del momentos. Ese mismo camino es el que espera a estos músicos y si no me creen, den un poco de tiempo al tiempo.
Una extraña pareja de instrumentos para la música de cámara que parecía haberse sublevado de un cuarteto o un quinteto al uso, una pareja perfecta en lo musical: los instrumentos y, en este caso, también los intérpretes.
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